Eduardo Mendoza, conocido por su afilado sentido del humor y su estilo irónico, nos regala en Sin noticias de Gurb (1991) una de sus novelas más divertidas y surrealistas. A través de una sátira social disfrazada de ciencia ficción costumbrista, el autor construye una crítica hilarante y desvergonzada de la Barcelona preolímpica. El resultado es una obra breve, delirante, y sorprendentemente aguda.
Argumento
La historia arranca con una premisa simple y disparatada: dos extraterrestres llegan a la Tierra en misión de reconocimiento. Gurb, uno de ellos, desaparece al asumir la apariencia de Marta Sánchez (la famosa cantante española de los 90), y su compañero —el narrador, que nunca llega a tener nombre— se lanza a su búsqueda recorriendo las calles de Barcelona. Lo peculiar es que este alienígena, completamente incapaz de comprender las costumbres humanas, va narrando sus peripecias en un diario de a bordo lleno de malentendidos, observaciones absurdas y situaciones cómicas.
Estilo y tono
Lo más brillante del libro no es la trama (que es mínima), sino el tono con que está contada. Mendoza emplea un lenguaje técnico y meticuloso, como si de un informe científico se tratara, para describir hechos grotescos o ridículos: desde la compra de un cruasán hasta el intento de alquilar una vivienda. Esa dicotomía entre la voz seria y la acción disparatada genera una comicidad constante que sostiene la narración de principio a fin.
Además, la estructura fragmentada —con entradas fechadas a modo de diario de bitácora— permite que la novela fluya rápido, sin necesidad de un hilo argumental muy sólido. Cada entrada es un pequeño sketch que se sostiene por sí mismo y que refuerza la sátira social.
Temas
Aunque parece una simple comedia, Sin noticias de Gurb ofrece una mirada crítica hacia la vida urbana, la burocracia, las desigualdades sociales y la alienación contemporánea. El alienígena, al no entender nada de lo que ve, desnuda las contradicciones del comportamiento humano. Desde la suciedad en las calles hasta la hipocresía de las normas sociales, todo es objeto de observación y parodia.
También hay una mirada muy específica a la Barcelona de finales de los 80 e inicios de los 90, una ciudad en transformación debido a la inminente llegada de los Juegos Olímpicos de 1992. Mendoza, barcelonés de nacimiento, retrata su ciudad con una mezcla de cariño, escepticismo y mordacidad.
Valoración personal
Sin noticias de Gurb es un libro ideal para quien busca una lectura ligera, divertida y, al mismo tiempo, inteligente. Es una novela corta que se devora en un par de tardes, pero que deja un eco duradero por la manera en que nos obliga a ver nuestra cotidianidad con ojos extraños. Es especialmente recomendable para quienes disfrutan del humor absurdo, del juego con el lenguaje y de las críticas sociales disfrazadas de disparate.
No es una novela de grandes revelaciones ni de personajes profundos. Pero esa no es su pretensión. Es, más bien, una burbuja de humor absurdo que consigue —como los mejores espejos deformantes— reflejar algo muy cierto sobre lo que somos.
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