"Así se pierde la guerra del tiempo", escrito por Amal El-Mohtar y Max Gladstone, es una obra que desafía las convenciones de la ciencia ficción, fusionando la épica y la poesía en una historia de amor que trasciende el tiempo y el espacio. Publicado en 2019, este libro ha sido ampliamente elogiado por su estilo literario exquisito y su enfoque íntimo en las relaciones humanas, a pesar de estar ambientado en un vasto conflicto cósmico.
La novela sigue a dos agentes, Red y Blue, quienes trabajan para facciones opuestas en una guerra que abarca el tiempo y la realidad misma. Red, fría y calculadora, es parte de una tecnocracia posthumana conocida como *El Jardín*, mientras que Blue, misteriosa y enigmática, sirve a una red de formas de vida biológicas bajo el *Agencia*. Ambas mujeres son maestras en su arte, diseñando y alterando las líneas temporales para asegurar la victoria de sus respectivas facciones en una guerra que se libra en todos los tiempos a la vez.
La estructura de la novela es epistolar, conformada por cartas secretas que Red y Blue se envían a lo largo de la narrativa, mientras saltan de un punto temporal a otro, interfiriendo en sucesos clave de la historia humana y de civilizaciones desconocidas. Inicialmente, estas cartas son desafiantes, un juego de ingenio donde ambas se miden, tratan de superarse y se ven mutuamente como enemigas formidables. Pero con el tiempo, las cartas adquieren una intimidad inesperada, revelando deseos profundos, vulnerabilidades y, finalmente, un amor prohibido que amenaza con consumirlas a ambas.
Uno de los aspectos más cautivadores del libro es cómo se desarrolla la relación entre Red y Blue. Al principio, las cartas parecen un mero subproducto de la guerra, intercambios llenos de orgullo y competencia. Sin embargo, a medida que se conocen más profundamente, se establece un vínculo que desafía la lógica de su misión. Su relación se convierte en el núcleo emocional de la historia: un amor que no debería existir, en medio de una guerra interminable, donde incluso los sentimientos más profundos podrían ser considerados traición.
La escritura de El-Mohtar y Gladstone es tan exquisita que las cartas se sienten como obras de arte por derecho propio. El lenguaje es lírico, poético, cargado de imágenes sensoriales que encienden la imaginación. Las palabras de Blue y Red se entrelazan con una delicadeza que hace que los lectores sientan la intensidad de cada carta, cada palabra escrita es un latido de su corazón, cada frase está impregnada de un deseo que trasciende las fronteras entre enemigas, el tiempo y la realidad.
Aunque el enfoque emocional está en la relación entre Red y Blue, la guerra que las rodea no es menos fascinante. La batalla que libran no es física, sino una lucha por la dominación de las líneas temporales. Los ejércitos y las armas son ideas, eventos y transformaciones tecnológicas o biológicas que moldean el destino de civilizaciones enteras. La construcción del mundo que nos presentan es vastamente compleja, con líneas temporales ramificadas, momentos clave en la historia de la humanidad que se alteran y se reconfiguran en función de los objetivos de las dos facciones.
Este enfoque le da a la novela una calidad casi abstracta. No es una historia de acción explosiva, sino una guerra de sutilezas, donde un simple cambio en una molécula o un evento aparentemente insignificante puede tener consecuencias catastróficas a lo largo del tiempo. Los escenarios a los que viajan Red y Blue son tan variados como evocadores: un mercado medieval, una futurista ciudad sumergida en el agua, un jardín que contiene todas las plantas que han existido y existirán. Cada uno de estos paisajes refuerza la sensación de que el tiempo es un lienzo en el que las dos protagonistas pintan su guerra y su amor.
Un tema recurrente en "Así se pierde la guerra del tiempo" es el de la traición, tanto a nivel personal como en un sentido más amplio. Red y Blue, al enamorarse, traicionan no solo a sus respectivas facciones, sino también a sí mismas, a su propósito como agentes. La noción de lealtad se ve cuestionada a medida que sus prioridades cambian, y lo que antes era un deber inquebrantable se ve desmoronado por algo más poderoso: la conexión entre dos almas.
Este conflicto interno añade una capa adicional de complejidad emocional. Red y Blue saben que están caminando una línea peligrosa, que sus superiores no tolerarán su relación y que cualquier error podría costarles no solo la misión, sino su vida. Sin embargo, el libro también explora la libertad que encuentran al elegir el amor por encima de todo lo demás. En una guerra donde cada aspecto de su existencia está controlado por fuerzas superiores, la única rebelión real que pueden llevar a cabo es elegir amar. Y es en esa elección que encuentran su verdadera libertad.
Conclusión
"Así se pierde la guerra del tiempo" es una obra maestra que combina ciencia ficción, romance y poesía de una manera que pocas historias logran. Amal El-Mohtar y Max Gladstone tejen una narrativa que es a la vez cerebral y emocional, un rompecabezas temporal que también es una historia profundamente humana sobre el amor, la traición y la libertad. A través de las cartas de Red y Blue, los lectores son arrastrados a un viaje que desafía las leyes del tiempo, pero que nunca pierde de vista lo que realmente importa: la conexión entre dos seres en medio del caos.
El final de la novela es tan sorprendente como inevitable, una conclusión que deja al lector con el corazón en la mano, reflexionando sobre las posibilidades del amor en los lugares más oscuros. Al final, "Así se pierde la guerra del tiempo" no es solo una historia sobre la guerra, sino sobre cómo el amor puede encontrar un camino incluso en los confines más improbables del universo. Un recordatorio de que, al final, la batalla más importante que libramos es por aquello que nos conecta a los demás.
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